La expansión napoleónica en el siglo XIX, despertó los sentimientos de convertirse en nación de muchos pueblos de Europa, entre ellos, el pueblo italiano.
Italia estaba
dividida en diversos Estados: Toscana, Módena y Parma, que eran
ducados; los Estados
Pontificios (El Vaticano y
Roma), en los que el Papa era soberano; el reino
de las Dos Sicilias, formado por Sicilia y Nápoles; el reino de Lombardía y Véneto, que empezaron a estar bajo control
austriaco y el reino de
Piamonte y Cerdeña, gobernado por la dinastía de Saboya, que seguían una
monarquía liberal.
La Unificación de Italia fue un proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida. El proceso comenzó en el año 1859 a manos de Cavour, jefe del gobierno piamontés, que inició una guerra contra Austria y consiguió la independencia de Lombardía. Además Garibaldi inició un levantamiento popular y derrocó a los monarcas del centro y del Sur de Italia.
En 1861, Víctor Manuel II de Saboya se convirtió rey de Italia, proclamado por el parlamento italiano, y Roma en la capital de la nación.
Monumento a Victorio Emanuele II, Piazza Venezia, Roma, Italia Fotografía: Ana Bueno Jiménez |
Fuentes:
- Libro de Ciencias Sociales, Historia, editorial Vicens Vives, cuyos autores son M. García Sebastián y C. Gatell Arimont.
- Wikipedia: la Unificación italiana
- Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=LvYWahnKT9g