viernes, 31 de octubre de 2014

Unificación italiana




La expansión napoleónica en el siglo XIX, despertó los sentimientos de convertirse en nación de muchos pueblos de Europa, entre ellos, el pueblo italiano. 

Italia estaba dividida en diversos Estados: Toscana, Módena y Parma, que eran ducados; los Estados Pontificios (El Vaticano y Roma), en los que el Papa era soberano; el reino de las Dos Sicilias, formado por Sicilia y Nápoles; el reino de Lombardía y Véneto, que empezaron a estar bajo control austriaco y el reino de Piamonte y Cerdeña, gobernado por la dinastía de Saboya, que seguían una monarquía liberal. 





La Unificación de Italia fue un proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida. El proceso comenzó en el año 1859 a manos de Cavour, jefe del gobierno piamontés, que inició una guerra contra Austria y consiguió la independencia de Lombardía. Además Garibaldi inició un levantamiento popular y derrocó a los monarcas del centro y del Sur de Italia.  




En 1861, Víctor Manuel II de Saboya se convirtió rey de Italia, proclamado por el parlamento italiano, y Roma en la capital de la nación. 





Monumento a Victorio Emanuele II, Piazza Venezia, Roma, Italia
Fotografía: Ana Bueno Jiménez





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