TREGUA DE NOCHEBUENA 1ª guerra mundial:
En la Navidad de 1914 sucedió el hecho más sorprendente de toda la
Primera Guerra Mundial. Aquella primera Nochebuena bélica, las tropas
alemanas colocaron sobre el borde de las trincheras abetos iluminados,
que habían sido enviados al frente por orden directa del Káiser, junto a
raciones extra de pan, salchichas y licores. Los soldados franceses y
británicos admiraron perplejos los árboles luminosos. Esa visión casi
irreal ayudó a crear un inesperado clima
de fraternidad, en el que los aliados se unieron a distancia a los
cánticos de los alemanes. Al amanecer, algunos soldados germanos
comenzaron a agitar banderas blancas y a salir desarmados de sus
trincheras, a tierra de nadie. En un primer momento, los aliados
vacilaron, pero pronto salieron a su encuentro. Los hombres, que hasta
ese mismo día habían estado matándose, compartieron tabaco, alcohol o
chocolate. Los gestos de solidaridad continuarían durante toda la
jornada; cada bando pudo recoger a sus compatriotas muertos en los
combates de los días anteriores y darles digna sepultura. En algunos
lugares se celebraron ceremonias religiosas conjuntas e incluso se
improvisaron partidos de fútbol.
"La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo". Nelson Mandela.
martes, 23 de diciembre de 2014
jueves, 11 de diciembre de 2014
Bancos y Finanzas
La banca desempeño un importante papel en el desarrollo del capitalismo al convertirse en intermediaria entre los ahorradores, que entregaban su dinero en depósito y los empresarios, que necesitaban capitales para invertir. De este modo, los bancos suministraron préstamos a las empresas, realizaron inversiones (compra de acciones) y facilitaron los pagos mediante cheques y letras de cambio.
Pero las industrias exigían grandes aportaciones de dinero, que un sólo empresario no podía proporcionar. Entonces adquirieron importancia las sociedades anónimas, en las cuales el capital es aportado por muchas personas. Este capital se divide en acciones y a cada contribuyente (accionista) le corresponde un número determinado de acciones, según la capacidad de dinero que haya proporcionado. Estas acciones pueden ser vendidas por sus propietarios en la bolsa de valores y adquiridas por cualquier persona.
Bolsa de valores de París.
lunes, 8 de diciembre de 2014
CONSTITUCIÓN DE 1978
Una caja fuerte custodia y guarda como oro en paño los originales de las ocho Cartas Magnas que se han redactado en la historia de España
A espaldas de los leones del Congreso de los Diputados se
encuentra la entrada principal de las Cortes, cuya puerta regia
—decorada con molduras y cartelas, y adornada con clavos cincelados—
solo se abre cada cuatro años cuando los Reyes inauguran la legislatura,
y en las jornadas de puertas de abiertas que
se celebra este fin de semana. El vestíbulo principal aguarda al otro
lado. La caja fuerte del archivo del Congreso guarda como oro en paño los originales de las ocho Cartas Magnas que se han redactado en la historia de España.
Una estatua de mármol de Isabel II
—bajo cuyo reinado se construyó el Congreso— recibe a los visitantes.
Es una de las piezas más representativas de la escultura romántica, obra
de José Piquer,
y también de las más «viajeras». Originalmente se colocó en la entrada
principal, pero con motivo de la revolución de 1868 se trasladó a los
sótanos. Con la llegada de la II República,
en 1931, se envió al Museo de Arte Moderno, y no fue hasta 1983 cuando
volvió a ocupar su lugar original, donde se encuentra ahora. A sus pies,
se exhibe un ejemplar de «la Pepa», sobre la mesa en la que en 1812 se firmó la Constitución.
El ejemplar de la Constitución de 1978 que protegido por la vitrina acorazada consta de 169 artículos, 4 disposiciones adicionales, 9 disposiciones transitorias, una derogatoria y otra final. Esto la convierte en uno de los textos más extensos
del actual panorama europeo, ya que, la francesa de 1958, tiene 92
artículos; la Ley Fundamental de Bonn de 1949, tiene 146; y la
Constitución italiana de 1947, consta de 139 artículos.
Ese ejemplar fue el que el premio Nobel Camilo José Cela se encargó de revisar gramaticalmente artículo por artículo.
El escritor fue nombrado senador por el Rey en las primeras Cortes que
se convocaban en plena Transición. «Como es de cajón, ignoro cómo
acabaré portándome en el Senado, porque esto es algo ajeno al buen
deseo. Yo tengo pocas ideas, pero claras, y pienso exponerlas mientras
me dejen. Lo malo es que, a lo mejor, me acojono y me quedo más callado
que un muerto.
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